El Serie #BauseofYouth Destaca a jóvenes ambientalistas en el área de servicio de MCE que lideran la lucha contra el cambio climático. Las opiniones y creencias expresadas aquí no necesariamente representan las de MCE como agencia.
Lizbeth Ibarra (ella) es una organizadora y activista por la justicia climática de 17 años de Richmond, California. Lizbeth se involucró en el movimiento por la justicia climática después de aprender cómo el cambio climático se relaciona con otros problemas de justicia social durante una presentación de Juventud vs. Apocalipsis (YVA).
¿Nos puedes contar un poco sobre ti?
Actualmente soy estudiante de tercer año en la Academia Making Waves en Richmond. Fuera de la escuela, soy líder de la campaña "Juventud de California contra las Grandes Petroleras" de YVA y también coordino su presencia en redes sociales. Además de trabajar con YVA, participo activamente en la organización de base en Richmond. He trabajado con... Centro Juvenil RYSE y Jóvenes de Richmond por la Justicia Ambiental, que es parte de Comunidades por un mejor medio ambiente que busca mejorar la seguridad en la refinería de Chevron.
¿Cómo se involucró usted en la justicia ambiental?
Durante mi segundo año, miembros de YVA dieron una charla en mi universidad sobre su organización y una beca que ofrecían. Aprendí en la presentación que, para abordar el cambio climático, también debemos abordar la justicia racial, de género y económica. Ver la interconexión entre estos temas me motivó a solicitar la beca de YVA. Desde entonces, la justicia climática ha sido una parte fundamental de mi vida.
¿Qué hace Juventud vs. Apocalipsis (YVA)?
YVA emplea un enfoque interseccional ante la crisis climática para promover una sociedad equitativa, justa y sostenible. Una de nuestras campañas es "Desinvertir CalSTRS", que exige que el Sistema de Jubilación de Maestros del Estado de California desinvierta los 1000 millones de dólares que destina a la industria de los combustibles fósiles. También tenemos una campaña sobre el Nuevo Pacto Verde en California. Otra de nuestras iniciativas busca detener la construcción de una terminal de carbón en West Oakland. También ofrecemos talleres sobre hip hop y justicia climática, donde utilizamos diferentes medios artísticos como plataforma para hablar sobre justicia ambiental.
¿Qué momentos destacas de tu trayectoria como activista por la justicia climática?
Al principio de mi trayectoria como organizadora, sentía que no encajaba. En las protestas, veía principalmente a personas blancas y adineradas que no se parecían a mí, y los organizadores de justicia climática solían usar palabras que no entendía. Al final de mi beca, una miembro de YVA me dijo que no importaba no saberlo todo. Me dijo que debía hablar y hacer preguntas, porque así aprendería. Eso me ayudó a ganar mucha confianza. Quiero que los nuevos organizadores de todos los movimientos de justicia social recuerden que pertenecen.
¿Qué aporta un enfoque centrado en la justicia a las conversaciones sobre sostenibilidad?
Los activistas tradicionales de la sostenibilidad suelen culpar a las personas en lugar de exigir cambios a políticos e instituciones. La justicia ambiental está liderada por las personas más afectadas por la crisis climática, principalmente personas negras, indígenas, racializadas, jóvenes y de bajos recursos. Estas son las personas que llevan mucho tiempo alzando la voz en primera línea.
Es muy empoderante estar rodeado de otros jóvenes como yo y apasionados por generar un cambio. A través de mi trabajo, me he dado cuenta de que no es casualidad que una refinería esté ubicada justo al lado de mi comunidad, compuesta principalmente por personas de color de bajos recursos. Al igual que otros sistemas de opresión, las causas fundamentales de la crisis climática son el capitalismo, el colonialismo y la supremacía blanca.
¿Por qué crees que es importante que los jóvenes usen sus voces para crear cambios?
Como jóvenes, hemos visto una y otra vez a nuestros líderes priorizar las ganancias por encima de las personas. Debemos tomar las riendas del asunto. Hablo con mis padres sobre cómo es posible un mundo diferente, pero están ocupados trabajando de nueve a cinco para mantener a sus familias. Es imperativo amplificar y elevar las voces de los jóvenes que imaginan un mundo mejor. Considero la Tierra como algo que las generaciones anteriores están tomando prestado de las generaciones futuras. Tenemos la obligación moral de cuidar el planeta porque no es nuestro para destruirlo.
¿Cómo ves la evolución de tu trabajo en los próximos años?
Quiero ser el modelo a seguir que no tuve durante mi infancia para que otros jóvenes puedan verse reflejados en este movimiento. También planeo ir a la universidad para estudiar el clima y dedicarme a mis intereses en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). Algún día, quiero usar estas herramientas para ayudar a resolver problemas de justicia social.